sábado, 8 de julio de 2023

El Dios invisible


Se cuenta una leyenda de dos jóvenes vagabundos que comentaban

irónicamente el hecho de que la gente acudiese a la iglesia a adorar a un

Dios que no se ve.


Un rico caballero, compadecido de aquellos miserables de cuerpo y

alma, hízoles llevar, cuando se hallaban dormidos, a un palacio situado

en una isla. 


Allí las comidas aparecían por encanto y si se empeñaban en vigilar su aparición las encontraban dispuestas en otro aposento. 


Un coche del mejor modelo estaba a su disposición a la puerta del jardín.

Las luces y la calefacción se encendían a su hora por mano invisible.


Notaron que la parte del edificio que a ellos era dable recorrer no era

más que una mitad y nunca se abrían ante sus ojos las puertas azules

que daban acceso a la otra, intrigados empezaron a dirigirse en voz alta

a su benefactor invisible, y muchas veces, aunque no siempre, veían cumplidas sus demandas. 


También daban gracias, a grandes voces,

expresando su deseo de conocer a su generoso protector.


En una de tales ocasiones abrióse una de las azules puertas y apareció éste sonriendo, rodeado de una multitud de criados.


Podéis comprender ahora, les dijo, por qué muchos hombres inteligentes

rinden culto a un Dios que no ven. 


Tienen motivo para ello pues, ¿no

encuentran Preparada todos los años su comida por las fuerzas de la

Providencia? ¿No las ilumina y calienta su sol todos los días? ¿No

pasean su ser moral en un maravilloso vehículo de carne y huesos cuyo

motor no para nunca? 


Justo es que sean como vosotros agradecidos a quien, no dejándose ver corporalmente, se hace visible por sus obras.


📖 Romanos 1:20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.


#elbaúldelasanécdotas  

#mujeresalospiesdeJesús 

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