Un pastor visitaba a una anciana que era miembro de su congregación. Dicha
anciana había estado inválida durante mucho tiempo.
— Lamento mucho haber llegado a esta hora — le dijo —; pero he tenido que recorrer todo el pueblo antes de venir.
—Yo también, señor pastor, acabo de re correr todo el pueblo. —¿Cómo es posible? Usted no puede moverse de la cama.
¡Ah — contestó la viejecita —; mi alma no está atada a la cama, y así todos los días recorro el pueblo con mis oraciones, sin moverme de aquí.
Efesios 6:18 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;
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